Existe, entre los especialistas en protección contra incendios de todo el mundo, la certeza de la aplicación del concepto de “defensa en el terreno” cuando se trata de la problemática del incendio en una Institución Sanitaria. Esto significa que hay que tratar este edificio como un paralelismo con el caso de un barco en alta mar, este debe poseer suficientes sistemas de protección contra el avance del fuego y los gases de la combustión como para que la evacuación deba ser la última alternativa a evaluar.
La importancia de contar con un sistema eficiente
En esta inteligencia, el edificio sanitario debe contar con sistemas suficientes (y a veces redundantes) que impidan probadamente el desarrollo y propagación de un incendio, esto es así porque, a diferencia de una fábrica o un edificio de oficinas, en un Establecimiento Hospitalario existe un gran número de personas imposibilitadas de movilizarse por sus propios medios y que, muchas veces, también dependen de equipamientos para el mantenimiento de su vida.
Instalación de rociadores automáticos en hospital en construcción
La implementación de Sprinklers como sistema de protección
Es también una coincidencia, pero esta vez entre los expertos de los países más desarrollados, que una de las herramientas de mayor confiabilidad para la protección contra incendios de las personas, pero también de las estructuras de un edificio, son los sistemas de rociadores automáticos de agua (sprinklers).
Lamentablemente en nuestro medio este sistema no es exigido, salvo en casos muy particulares, y muy pocas veces es tenido en cuenta básicamente por el desconocimiento de sus virtudes, por los mitos erróneos que muchos colegas y clientes poseen sobre los mismos y, peor aún, porque a veces algunas Autoridades de Aplicación (por suerte cada vez menos) creen que no son apropiados al riesgo.
Ideas erróneas sobre el sistema de rociadores
Adicionalmente el desconocimiento general sobre las verdaderas funciones y objetivos de un sistema de sprinklers hace que también el usuario tenga dudas al respecto, siendo las ideas erróneas mas planteadas:
- Cuando se activen los rociadores mojarán todo en toda la planta donde está el incendio.
- La activación de los rociadores destruirá la instalación eléctrica y pondrá en riesgo de electrocución al paciente.
- Los rociadores provocarán más daño que el fuego.
- Tienden a fallar y abrirse por error.
- Son muy caros de mantener.
- No son efectivos en controlar el fuego.
Todas estas afirmaciones son falaces siempre que el sistema de rociadores se encuentre diseñado, instalado y mantenido de acuerdo con las normas técnicas de reconocida actualización y soporte científico como la NFPA[1] 13 Standard for the Installation of Sprinklers Systems. Afortunadamente en nuestro país cada vez somos más empresas y personas certificadas para cumplir con este tipo de marcos normativos.
Como actúa el sistema antela presencia de un incendio
En un sistema de rociadores tiene por objeto, y lo cumple muy bien, contener el fuego allí donde se inicia. Cuando comienza un incendio sólo se abre el sprinkler que recibe el calor del fuego, puede ser uno, dos o más dependiendo de la geometría del lugar y el tamaño de la combustión, pero sólo se activarán esos, no es cierto que resultarán mojados equipos o zonas que no hayan sido afectadas por el fuego. Si el rociador se abrió esto indica que debajo de él había algo en llamas, por lo que los elementos hubieran sido destruidos y el fuego se hubiera expandido afectando más áreas.
Por otra parte, si sólo cuento con alarmas y no con rociadores, debo esperar la llegada de la brigada de incendio o de los bomberos que utilizarán una manguera de 1 ¾” con 5 bar de presión que seguramente será mas destructiva que una fina lluvia de agua expelida por el rociador. Adicionalmente el tiempo de demora de la respuesta de los bomberos hace que el área afectada sea mucho más amplia.
Los sistemas eléctricos poseen protecciones para desconectarse ante un cortocircuito (la llave térmica o fusibles) o pérdida de energía por descarga a tierra (el disyuntor diferencial) que son los efectos que produciría el agua en una instalación por lo que no es cierto que haya riesgo de electrocución y, en áreas donde el soporte vital depende de la electricidad como las UTIs, además existen sistemas de rociadores con simple o doble inter bloqueo que hacen que los rociadores sólo dispongan de agua cuando el fuego es descubierto por al menos dos sistemas independientes.
La probabilidad de fallos de un rociador se encuentra en el orden de 1 en 13 millones por lo cual es casi imposible que se abran por error y además, si alguien los golpea y se produce la apertura, cada sistema tiene una válvula de comando que permite el cierre del paso de agua.

Sobre costos de instalación
Un sistema de rociadores automáticos es mas caro en su instalación original, pero es muchísimo mas económico su mantenimiento a través del tiempo si lo comparamos con cualquier sistema de detección y alarma. Mientras que para este último necesito inspecciones mensuales, pruebas anuales y además quedo a merced del contratista que posea el software de la Central, para un sistema de rociadores los requerimientos de mantenimiento son mínimos: Un arranque semanal (o incluso a veces mensual dependiendo del tipo) de la bomba de incendios, un ensayo anual de la bomba y un ensayo a los 25 años (el primer ensayo y luego cada diez años) del funcionamiento de un cierto numero de rociadores que deben ser sacados de la instalación y enviados a fábrica.
Luego de mas de ciento cincuenta años de servicio y avances tecnológicos, hoy en día los sistemas de rociadores automáticos siguen siendo considerados el sistema de supresión de incendios mas confiable en la mayoría de los usos de un edificio, incluyendo los hospitales y centros de salud, un ejemplo de ello a nivel mundial es lo que expresa la NFPA 99 Health Care Facilities, que exige para casi todos los ámbitos la instalación de rociadores automáticos junto con la NFPA 101 Life Safety Code.
Conclusiones finales
Concluyendo, una correcta decisión en la protección contra incendios de un centro de salud es apostar a los rociadores automáticos, pero eso tiene dos instancias, la primera instancia es tomar la decisión de instalar sprinklers por sus innumerables beneficios y pese a que nuestra legislación no los exige, pero la segunda es seleccionar un diseñador (preferentemente sin relación con el instalador) de capacidad certificable, un instalador con experiencia comprobada en el rubro y un mantenimiento adecuado para lograr que el sistema cumpla con su misión en el momento que sea requerido.
[1] NFPA: National Fire Protection Association (EEUU).
Buen artículo.
En referencia a las instalaciones hospitalarias, creo conveniente indicar como más adecuado a mi criterio sería un sistema de agua nebulizada de alta presión en base a los lineamientos de la NFPA 750.
Las ventajas son muy grandes comenzado por la utilización de agua limpia ya que hay que tener en cuenta que en las instalaciones tradicionales todos sabemos que lo que saldrá de un hidrante o un rociador será gran cantidad de agua sucia y con óxido que podría producir en algún caso un daño considerable.
Los sistemas de alta presión utilizan un menor diámetro de cañerías donde en general se usa un troncal de 38mm y ramificaciones de 12mm para rociadores con la consecuente ventaja de instalación y los hidrantes poseen mangueras de 16mm con lanza chorro-niebla mucho más fáciles de operar que los tradicionales con mangueras de 1 3/4 ó 2 pulgadas. Respecto a los rociadores son capaces de convertir 1 gota de agua tradicional en 8000 micro gotas capaces de diluir los sólidos en suspensión de la combustión facilitando rápidamente la visión para acceder a las vías de escape (todo con muy poca agua).Otra virtud es la menor cantidad de agua que utiliza el sistema, siendo ecológicamente amigable y desde el punto de vista de la instalación se reduce mucho la reserva de agua y espacio de tanques de reserva en la misma. Este sistema es escalable con lo que si se deseara proteger una superficie mayor solo hay que extender la cañería. Es ideal para aplicaciones en Hospitales, Hotelería, Transformadores y Estaciones transformadoras.
Sin dudas el agua nebulizada es mas limpia y se utiliza menos cantidad, pero no olvidemos que para diseñar no hay parámetros prescriptivos sino que hay que demostrar que en cada geometría y espacio con su combustible puede lograrse la extinción, lo cual es sumamente dificil para un ámbito “vivo” como el de la salud. Difícil, no imposible, vale evaluarlo. Saludos. Mauricio
Buen artículo.
En referencia a las instalaciones hospitalarias, creo conveniente indicar como más adecuado a mi criterio sería un sistema de agua nebulizada de alta presión en base a los lineamientos de la NFPA 750.
Las ventajas son muy grandes comenzado por la utilización de agua limpia ya que hay que tener en cuenta que en las instalaciones tradicionales todos sabemos que lo que saldrá de un hidrante o un rociador será gran cantidad de agua sucia y con óxido que podría producir en algún caso un daño considerable.
Los sistemas de alta presión utilizan un menor diámetro de cañerías donde en general se usa un troncal de 38mm y ramificaciones de 12mm para rociadores con la consecuente ventaja de instalación y los hidrantes poseen mangueras de 16mm con lanza chorro-niebla mucho más fáciles de operar que los tradicionales con mangueras de 1 3/4 ó 2 pulgadas. Respecto a los rociadores son capaces de convertir 1 gota de agua tradicional en 8000 micro gotas capaces de diluir los sólidos en suspensión de la combustión facilitando rápidamente la visión para acceder a las vías de escape (todo con muy poca agua).Otra virtud es la menor cantidad de agua que utiliza el sistema, siendo ecológicamente amigable y desde el punto de vista de la instalación se reduce mucho la reserva de agua y espacio de tanques de reserva en la misma. Este sistema es escalable con lo que si se deseara proteger una superficie mayor solo hay que extender la cañería. Es ideal para aplicaciones en Hospitales, Hotelería, Transformadores y Estaciones transformadoras.